
28 Oct ¿Qué es la terapia cognitiva basada en Mindfulness?
No dejes que el nombre te tire para atrás. Muchas veces en psicología, como en otras disciplinas, se utiliza un lenguaje específico para hablar de las terapias.
Pero, al fin y al cabo, de lo que hablamos es de dotar a los pacientes de las herramientas necesarias para cuidar su salud mental, reforzar su autoestima y resolver conflictos.
Hay muchos nombres y términos que terminan confundiendo y liando la gente. Así que hemos decidido explicar algunas cosas un poco, para que podáis familiarizaros con estos términos. Y observéis la terapia psicológica como algo accesible y necesario para todo el mundo.
La terapia no solo sirve para momentos graves o cuando existe un gran problema: la salud mental deberíamos cuidarla todos, del mismo modo que nos preocupamos por la salud física. Y especialmente en los tiempos tan revueltos en los que vivimos últimamente.
Hoy os vamos a explicar en qué consiste la terapia cognitiva basada en Mindfulness. Y si te quedas con dudas, ya sabes que estaremos encantadas de resolverlas para ti. ¡Empezamos!
En este post trataremos los siguientes temas
¿Qué quiere decir terapia cognitiva basada en Mindfulness?
La psicoterapia con el Mindfulness como centro, entra dentro de lo que llamamos “terapias de tercera generación”. Se trata de un enfoque renovado y actualizado de las terapias clásicas, que a muchos de vosotros ya os sonarán como “cognitivo-conductuales”.
Este tipo de enfoque más novedoso y contemporáneo se ha evidenciado como mucho más efectivo en el tratamiento de un amplísimo espectro de problemas o trastornos psicológicos: que pueden ir desde la depresión y la ansiedad, pasando por el trastorno obsesivo compulsivo, los trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia, etc.) o la fobia social. Por ejemplo.
Para entender mejor en qué se sustenta este tipo de enfoque terapéutico, debemos comprender qué es eso que todo el mundo llama Mindfulness hoy en día.
¿Qué es el Mindfulness y por qué se usa en psicoterapia?
Mindfulness o “atención plena” es lo mismo. Y hace referencia al conjunto de técnicas que se emplean para ser plenamente conscientes del momento presente. Para poder liberarnos, dicho de una forma más poética pero igual de cierta, del yugo de los fantasmas del pasado y de los monstruos de la incertidumbre del futuro.
De modo que el Mindfulness o atención plena va de conectar con nosotros mismos y con la vida.
Dicho así suena como muy filosófico o intenso, pero al final es algo mucho más sencillo y básico que está dentro de nosotros, pero a lo que no prestamos la atención debida.
¿Te acuerdas cuando te hemos hablado en otras ocasiones de la importancia del “autocuidado”? Pues el Mindfulness tiene mucho que ver con eso.
Tres de los grandes pilares del Mindfulness tienen que ver con nuestra capacidad de aceptación, con re-aprender a ver la vida con curiosidad y con no juzgar nuestros pensamientos. Todo ello nos conduce a tener una mayor conciencia de la vida. Y, por ende, a ser capaces de disfrutarla.
Como seguramente habrás podido intuir, las técnicas de meditación tienen mucho que ver con este tipo de enfoque psicoterapéutico.
En la terapia cognitiva basada en Mindfulness enseñamos a los pacientes una serie de técnicas de atención plena que pueden ser muy útiles para lograr estos objetivos.
Pero si este tipo de enfoque va de algo, es de cuidarnos, querernos y aprender a ser compasivos con nosotros mismos.
¿Te has parado a observar alguna vez con qué tono o términos hablas de ti mismo? “No sirvo para nada…”, “soy un fracaso…”, “soy lo peor…” En terapia trabajaremos este tipo de mensajes tan tóxicos y el autoconcepto que tenemos de nosotros mismos.
Breve historia del Mindfulness aplicado a la terapia cognitiva
Es súper interesante conocer los orígenes de la aplicación del Mindfulness o atención plena en la terapia cognitiva contemporánea.
Los pioneros fueron los psicólogos Segal, Williams y Teasdale, y llamaron a su terapia MBCT (Mindfulness-based Cognitive Therapy), en sus siglas en inglés[1].
Encontraron resultados increíbles en el seguimiento de sus pacientes. Principalmente, en aquellas personas que en algún momento habían sido diagnosticadas de depresión crónica.
Según observaron estos psicólogos, las recaídas de estas personas tenían que ver con patrones de pensamientos negativos que surgían en momentos en los que el ánimo empeoraba.
En lugar de aplicar una terapia clásica más rígida basada en intentar cambiar el contenido del pensamiento de estas personas, lo que hicieron fue enseñar o entrenar a esos pacientes para que aprendieran a relacionarse de otra forma con sus pensamientos.
De ese modo, consiguieron que tomasen conciencia de sus pensamientos y emociones negativas, para afrontarlos de una forma saludable.
¿Qué resultados se consiguen con la terapia cognitiva basada en Mindfulness?
Como hemos anticipado, el Mindfulness consiste en observar y prestar atención a todo aquello que ocurre en nuestro interior.
Y ello implica no huir o esconder las emociones que nos resulten desagradables. Nuestra mirada debe estar libre de juicios y de intención de control sobre estas emociones.
Esta terapia psicológica tiene como finalidad, por así decirlo, re-educarnos en ciertos conceptos tóxicos que no hacen sino provocarnos frustración y dolor. Y que pueden conducirnos a estados ansiosos y/o depresivos.
Gracias a ella, aprenderemos a no atascarnos en eventos del pasado ni en la angustia e incertidumbre del futuro. Puesto que nos ayudará a entender que lo único que verdaderamente existe es el momento presente.
¿Cuáles son realmente nuestros objetivos en la vida? ¿Qué es lo que es realmente importante para nosotros?
Con la terapia cognitiva basada en Mindfulness conseguiremos una gestión emocional saludable, que nos permitirá:
- Centrar nuestra vida en el momento presente: el aquí y el ahora.
- Mejorar nuestra capacidad de concentración.
- Mejorar problemas vinculados al déficit de atención.
- Eliminar patrones de “rumiación” de pensamientos en pacientes con tendencia obsesiva.
- Conseguir tomar distancia (nunca evitación) de pensamientos dañinos.
- Aprender a identificar actitudes y bucles de pensamiento tóxico.
- Mejorar la autoestima y construir un autoconcepto saludable.
- Desarrollar la autocompasión y construir un lenguaje de amor y afecto hacia nosotros.
- Profundizar en el conocimiento de nosotros mismos.
- Reducir el estrés, la ansiedad y combatir los estados de depresión.
- Desarrollar capacidades para enfrentarnos a la vida en su plenitud.
- Mejorar la gestión de conflictos con el exterior.
- Conseguir una auténtica y veraz sensación de disfrute de nuestras vidas.
- Acercarnos, cada vez más, al equilibrio emocional.
¿Qué te ha parecido este artículo? Compártelo con aquellas personas a las que crees que puede ayudar. Y para lo que necesites, ¡no dudes en contactarnos! Nos encantaría acompañarte en este proceso.

Siempre estoy de mal humor ¿Qué puedo hacer?
Publicado a las 21:05h, 17 abril[…] Al margen de alguna situación puntual en el trabajo, al hacer algún trámite administrativo o en cualquier otro contexto familiar o sentimental, cuando reaccionamos de forma desproporcionada y experimentamos malestar e irritación constantes, significa que tenemos un problema de gestión emocional. […]