
02 Mar “¡No me toques!”: Hafefobia, miedo a ser tocados y COVID-19
La pandemia del coronavirus ha sacado a la luz o ha empeorado diversas fobias. Y el miedo “irracional” a tocar y ser tocado (hafefobia) no iba a ser menos, porque las circunstancias son, desgraciadamente, un caldo de cultivo excelente para que este problema aumente.
Se ha hablado mucho sobre el peaje psicológico de todo lo que estamos viviendo. Pero nosotras no queremos generar una alarma que empeore la ansiedad, como muchas veces ocurre también en los medios de comunicación.
La hafefobia existe, pero también es cierto que es una fobia que existe desde antes de la aparición del virus. De hecho, es una fobia muy frecuente en personas que han sufrido algún tipo de abuso físico en la infancia.
Y, desde luego, si hay algo contraproducente en salud mental es avivar las preocupaciones, estigmatizar y otorgar diagnósticos sin el adecuado proceso de diagnóstico.
No todas las personas que experimentan cierto grado de ansiedad ante el contacto físico a raíz de la pandemia tienen hafefobia. Lo cual no quiere decir que no sufran síntomas desagradables que deban ser tratados en terapia psicológica. ¡Por supuesto que sí! Pero muchas veces, “patologizar” hace que los miedos se hagan más grandes y más difíciles de tratar.
A continuación vamos a hablar un poco más sobre el miedo, el malestar o incluso la fobia a tocar y ser tocados que, a raíz de la pandemia de la COVID-19, está generando problemas psicológicos a muchas personas. E incluso, empeorando y complicando otras patologías o trastornos vinculados con la ansiedad.
Y antes de seguir, solamente queremos recordarte que estamos aquí para ayudarte en todo el proceso. Los problemas de salud mental pueden tratarse y nuestra calidad de vida puede mejorar enormemente después de hacer terapia. No lo olvides: aquí estamos.
En este post trataremos los siguientes temas
Miedo a tocar y ser tocados, hafefobia y mecanismos de supervivencia
Hay una anécdota que se repite mucho en consulta últimamente. Pero no solo en consulta, también es una reacción muy frecuente que hemos comentado entre nuestros amigos y familiares. Y seguro que, en mayor o menor grado, a ti también te ha pasado.
Encendemos el televisor y vemos una serie o una peli en la que los protagonistas se abrazan, van a un restaurante lleno de gente, bailan en una discoteca con decenas de personas dentro… ¡e incluso se besan!. “¡No, que no se toquen!” “¿Por qué hay tanta gente ahí dentro?” “¡Que guarden la distancia!”
Son reacciones súper rápidas, casi automáticas, que duran muy poco. Enseguida nos damos cuenta de que antes de la pandemia, las cosas eran así. Y que se trata de una ficción anterior a todo esto (y si es actual, los actores tienen hecha su PCR). Pero durante unas milésimas de segundo, sentimos rechazo hacia esa imagen.
Este ejemplo nos demuestra que todos nosotros, aunque no hayamos desarrollado hafefobia como tal, tenemos cierta reacción casi instintiva dentro. Un nuevo hábito que ha ido consolidándose, y que no deja de ser un mecanismo de supervivencia: debido al coronavirus, debemos mantener la distancia social hasta que sea seguro el contacto físico.
¿Cuándo es la hafefobia, o el miedo a ser tocados, un problema preocupante?
El problema aparece cuando esta reacción empieza a tomar excesivo protagonismo en nuestra vida. Y no nos deja llevar una rutina normal: tomando las precauciones lógicas en tiempos de pandemia sin que el pánico, unos niveles de ansiedad disparados y la obsesividad nos hagan sufrir.
El hecho de que llevemos ya prácticamente un año en una situación a la que, de momento, seguimos sin verle la salida (aunque las vacunas están sembrando un poco de esperanza), está generando mucho sufrimiento y angustia psicológica en la población. Especialmente en cierto tipo de personalidades con gran peso de auto-exigencia, o que tienden a desarrollar fobias en situaciones de crisis o estrés emocional.
Para muchas personas este equilibrio es complicado, porque la fobia se ha instalado y sirve de disparador de muchos síntomas desagradables, cuando no, directamente, ha empeorado determinados trastornos que existían previamente, vinculados a dificultades para socializar.
¿Se puede tratar la hafefobia o el miedo al contacto?
Por supuesto que sí. Si estás experimentando malestar emocional ante el hecho de pensar que alguien pueda tocarte, y algunos o varios síntomas físicos asociados como taquicardia, sudoración, mareos, nauseas, insomnio, sensación de ahogo, etc., no dudes en ponerte en contacto con nosotras.
La terapia cognitivo-conductual y otro tipo de aproximaciones terapéuticas te otorgarán las herramientas necesarias para combatir esta y otras fobias, miedos o preocupaciones que estén condicionando tu día a día.
El sufrimiento, cuando duele en exceso, no debe dejarse desatendido. Confía en MensActiva para empezar a vivir una vida mucho más agradable y plena.
No hay comentarios