Responsabilidad afectiva ¿Qué es y por qué es tan importante?

responsabilidad afectiva

30 Ene Responsabilidad afectiva ¿Qué es y por qué es tan importante?

A veces encontrar el equilibrio o el punto medio entre lo que uno quiere y no dañar a los demás es muy complicado. Existen personas que son muy insensibles y siempre ponen sus necesidades por encima de las del resto; otras que siempre ceden ante lo que otros quieren o desean; y, por último, existen las que buscan un balance y cuidar sus necesidades y las de los demás. Cuando actuamos pensando en nosotros mismos pero sin descuidar a los de nuestro alrededor, tiene un nombre desde el punto de vista psicológico y se llama responsabilidad afectiva.

Esta actitud o forma de pensar y comunicarse no es innata o algo que se tenga o no se tenga, sino una forma de comportarse. Se podría decir que es el método más sano a nivel emocional para cuidarnos y cuidar al resto.

¿Qué es la responsabilidad afectiva?

Si tenemos que definir la responsabilidad afectiva debemos expresarla como la forma o la capacidad que tiene una persona para expresar lo que de verdad siente y lo que desea, pero siempre siendo respetuosa con los demás.

Esto es, se trata de ser totalmente conscientes y responsables de nuestros propios sentimientos, pero teniendo también en cuenta los del resto y apostar, con nuestras acciones o palabras, por el cuidado mutuo.

En ningún caso la responsabilidad afectiva quiere decir que la persona se debe hacer cargo de cómo los demás gestionan sus emociones. Pero, sí se debe considerar cómo cada uno reacciona ante las emociones de los otros.

«Ghosting» y la falta de responsabilidad afectiva

¿Sabías que según datos de Ashley Madison (web de citas) el 26% de las mujeres y 33% de los hombres han afirmado sufrir “Ghosting” alguna vez en su vida?.

El Ghosting es una práctica, tristemente cada vez más extendida en nuestro país y a lo largo y ancho del mundo, que implica una desaparición sin explicación aparente cuando ya se había establecido algún tipo de vinculación entre las dos partes, ya sea emocional, mental y/o sexual.

De repente esa persona ya no habla más con la otra de forma totalmente egoísta, sea por la razón que sea, y no tiene en cuenta en ningún momento el efecto que va a provocar en la emocionalidad de la otra.

Este fenómeno es un ejemplo claro de lo contrario a lo que implica la responsabilidad afectiva y tiene consecuencias. Comportarse con los demás de maneras como esta puede afectar al autoestima, autopercepción e incluso a proyectos futuros y próximas relaciones; de ahí la importancia de la responsabilidad afectiva.

Sin duda debemos evitar frases del diálogo interno en los demás como: “habré hecho algo mal” “no soy suficiente para él/ella” y similares. Frases que aparecen cuando actuamos de manera tan narcisista o miedosa como cuando realizamos “ghosting”.

¿Cómo podemos trabajar la responsabilidad afectiva?

Como hemos mencionado en la introducción, la responsabilidad afectiva no es algo innato, sino una forma en la que elegimos actuar y comunicarnos con el resto. Si crees que tienes dificultades a la hora de expresarte de manera honesta y asertiva, no es algo que tengas por qué arrastrar siempre, sino que es algo que puedes mejorar.

¿Te gustaría trabajar tu responsabilidad afectiva? A continuación te planteamos una serie de pautas que seguramente puedan ayudarte en este proceso.

Sinceridad y honestidad con la otra persona

Una mayor responsabilidad afectiva no significa ser complaciente o dar falsas esperanzas, implica ser sinceros con nosotros mismos y la otra persona pero con el tacto y respeto que se merece.

Un cuidado mutuo depende de una buena comunicación entre ambas partes, honesta y siempre desde las dos direcciones. No se basa en decir todo lo que se nos pasa por la cabeza desde el primer día, sino en evitar los engaños y los peligrosos juegos emocionales que, a menudo, envenenan las relaciones sociales y de pareja.

Establece los límites que vas a necesitar desde el primer momento

Por ejemplo, si tú actualmente tienes claro que en tu vida necesitas estar solo, pero estás conociendo a alguna persona que luego podría ser algo más, habla con ella o él desde un principio. Sabemos que muchas veces no siempre tenemos claros nuestros sentimientos o sensaciones al conocer a los demás, pero es importante ser honestos con ellos cuando ya sabemos lo que queremos.

¿Qué hacemos entonces cuándo surge un cambio importante que afectará al otro? La clave siempre será una comunicación honesta y desde el corazón, sin intentar hacer daño.

Recuerda, TÚ eres igual de importante que la otra persona

Dejemos atrás los narcisismos y egoísmos, una responsabilidad afectiva significa la validación mutua de los sentimientos y emociones. Ninguna persona es más importante que otra en ningún tipo de relación, y menos en una de pareja.

¿Qué queremos decir con esto? Que ni la otra persona ni sus deseos son más importantes que los tuyos, ni viceversa.

Afronta el conflicto cuando aparezca

Ser claros y sinceros con otros también supone afrontar el conflicto y comunicarnos cuando las cosas no salen bien o no estamos de acuerdo. Es lo contrario al “ghosting” que mencionábamos anteriormente.

Te diremos algo: Asumir con serenidad el conflicto inherente a cualquier relación es el único camino para comprometerse en la consolidación de la misma. Si ante el primer cambio intentamos huir no conseguiremos vínculos sanos en nuestra vida.

La responsabilidad afectiva es buena para la emocionalidad de los demás, pero, no lo olvides, también es buena para la tuya.

¿Crees que puedes necesitar una pequeña ayuda para mejorar esta parte tan importante a nivel comunicacional? En Mensactiva podemos enseñarte a entender mejor a los demás y a aceptar sus emociones para cuidar tu salud emocional y la de los que te rodean. ¡Contacta con nosotras para cualquier consulta!.

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