
10 Mar ¿Cómo sobrevivir a una rabieta infantil sin desesperarnos?
“Es que está en la edad de las rabietas infantiles”. Seguro que habías escuchado a muchos padres y madres a tu alrededor hablar de ese periodo crítico de la vida de los niños. Y es muy probable que no le prestaras mucha atención; que pensaras que estaban exagerando un poco o que, incluso, no estaban “educando” de forma correcta a sus hijos. Pero ahora lo estás viviendo en tus propias carnes y la desesperación te supera…
Pero hay que mantener la calma, porque la edad de las rabietas existe y puede gestionarse de forma saludable. No obstante, hay casos en los que los niños tienen un comportamiento tan excesivo o “violento” en la expresión de su rabia que es lógico preocuparse y buscar lo antes posible la ayuda de un especialista. ¿Puede la terapia infantil ayudarnos a gestionar las rabietas de nuestros hijos? ¿Por qué se producen? ¿Cuándo deberíamos preocuparnos ante una rabieta? A continuación, analizamos este fenómeno.
En este post trataremos los siguientes temas
¿Qué es una rabieta infantil? ¿Por qué se producen?
“Mi hijo llora sin parar cuando no le doy lo que quiere inmediatamente”. “No consigo controlarlo cuando se tira por el suelo y grita con furia”. “¿Qué hago si me pega o pega a otros cuando se enfada por algo?” Estas son algunas de las cuestiones más comunes que plantean los padres en la terapia infantil cuando se enfrentan a la edad de las rabietas de sus hijos. La cual suele establecerse entre los 18 meses y los 4 años de edad. Y, en resumidas cuentas, esto se produce porque los niños tienen una tolerancia muy baja a la frustración. En algunos casos, esta tolerancia puede ser tan mínima que es preocupante para los educadores, padres y/o tutores del niño.
Los berrinches y las pataletas podrían ser calificadas como “experimentos” de los propios niños en el manejo de emociones “negativas” como la desilusión, la pérdida, la equivocación y, en definitiva como comentábamos anteriormente, la frustración. Incluso una forma de poner a prueba los límites de la autoridad de los padres o tutores. Una explosión emocional para intentar expresar ese disgusto o ese enfado ante situaciones tan cotidianas como el final del tiempo de juego y la hora del baño; la hora de la cena; un juguete preferido que se rompe o estar muy cansados y querer ir en brazos en lugar de ir andando.
Las emociones son vividas con mucha intensidad por los niños en esa franja de edad. Y la explosividad a la hora de expresarlas es bastante común. Es algo normal en el desarrollo del menor, ante su incapacidad para regular dichas expresiones. Algo que irá aprendiendo a lo largo de su crecimiento en función de cómo vaya recibiendo los estímulos y la educación por parte de los adultos a su alrededor. En la mayoría de las ocasiones, las rabietas surgen cuando el niño no tiene cubierta de forma inmediata una necesidad importante que le produce malestar (hambre, sueño, cansancio…). Pero, ¿qué debemos hacer cuando nuestro hijo expresa con violencia física su malestar de una forma preocupante?
Cómo afrontar una rabieta infantil. ¿Cuándo pude ser una rabieta preocupante o violenta?
Una de las claves más importantes para detectar cuándo debemos actuar y reconducir el comportamiento de nuestros hijos es si observamos que pueden infligir algún tipo de daño: bien a otros niños, a sí mismos o incluso a sus propios padres. O rompiendo algún objeto. Es importante en estos casos parar dicho comportamiento y mantener un diálogo posterior con el niño explicándole que su conducta debe terminar porque está haciendo daño a otras personas o se está dañando a sí mismo.
Pero todo ello siempre debe llevarse a cabo atendiendo a sus emociones y sin censurarlas. Y buscando la forma de “drenar” tales emociones sin constreñirlas. Pero tampoco facilitando que el niño se salga con la suya, por así decirlo, empleando tales métodos. Puesto que de este modo jamás aprenderá a tolerar las frustraciones y ello le acarreará graves problemas en el futuro de sus relaciones escolares, sociales y laborales. Para ello, los especialistas en la terapia cognitivo-conductual infantil pueden orientar a los padres y dotarlos de las herramientas adecuadas para hacer frente a esta problemática evitando el posible desarrollo de problemas preocupantes en su futura etapa adolescente y adulta.
Padres sobrepasados: en MensActiva somos especialistas en terapia infantil y familiar
En muchas ocasiones los adultos podemos vernos sobrepasados por este tipo de reacciones tan excesivas. De hecho, algunas rabietas se convierten en comportamientos muy complicados de gestionar. Incluso en lo que varios especialistas han venido a llamar “trastorno negativista desafiante” o “trastorno de oposición desafiante”. Un patrón de conducta hostil, desafiante a la autoridad, que requiere de una atención psicológica especializada.
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