
23 Abr El duelo y la infancia: ¿Cómo explicarle la muerte a un niño?
Hablar de la muerte en nuestras sociedades sigue siendo un tabú. En muchas familias se prefiere no hablar de ello bajo la idea de que no es bueno remover ese dolor; pensando que puede ser contraproducente. Y si hay niños de por medio, se piensa que lo mejor para no “traumatizarlos” es mantenerlos al margen. Grave error.
Muchas veces, cuando queremos proteger a los niños para que no sufran, lo que estamos consiguiendo es precisamente lo contrario. Y es que, por mucho que nos duela, no podemos evitar que los niños pasen por las etapas naturales de la vida. Y la muerte de un ser querido forma parte de ello.
De modo que sí. Hay que hablar a los niños sobre la muerte y no tratar de ocultarles su existencia.
Pero cuidado. Eso no quiere decir que si no sabemos nadar, tengamos que lanzarnos a la piscina de cabeza y sin manguitos. Atravesar un proceso de duelo implica entender cómo funciona y qué herramientas necesito para gestionarlo desde la salud mental. Y ser capaz de explicar todo eso a un niño, prestando atención y cuidado de sus emociones, no es tarea fácil. Los psicólogos aquí tenemos un papel importante.
Hoy vamos a darte algunos tips o consejos sobre cómo explicar la muerte de un ser querido a un niño. Aunque puedas pensar lo contrario, porque este tema te produce cierta angustia o desasosiego, ya verás cómo todo este proceso resulta muy liberador y enriquecedor: tanto para tu vida, como para la de tus hijos o los menores que tengas a cargo.
En este post trataremos los siguientes temas
Consejos para hablar de la muerte a los niños
Una de las cosas más importantes que tenemos que entender es que, cuando alguien muere, no podemos hacer como que nada ha ocurrido. O tratar de evitar constantemente las preguntas que el niño pueda hacernos sobre lo que ha pasado, o el porqué ya no podemos volver a ver a esa persona.
Y otro de los elementos que no podemos olvidar en todo esto es, lógicamente, la edad del niño. Las explicaciones en torno a este acontecimiento tan triste como natural variarán en función de la edad que tenga el menor. La capacidad de razonamiento de un niño de 5 años no es igual que la de un niño de 11 años, de modo que es muy importante adaptar las respuestas a su nivel de comprensión.
Nosotras vamos a centrarnos hoy en algunos consejos para explicar la muerte a niños entre los 5 y los 9 años. Muchos de ellos aplicables a niños un poco más pequeños o un poco más mayores. Pero si necesitas ayuda específica para enfrentarte a la explicación del duelo de un menor en otras edades, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.
Los niños a partir de los 5 o 6 años ya empiezan a desligarse del pensamiento mágico que protagoniza su etapa anterior. Es decir, les resulta más fácil distinguir la línea entre la fantasía y la realidad. De modo que para ellos será más fácil comprender que la muerte no es algo temporal, sino que implica algo irreversible.
También en esta etapa los niños empiezan poco a poco a entender que la muerte es un concepto universal: algo que afecta a todos los seres vivos, y que muchas veces no sucede solo por el paso del tiempo, sino que también puede suceder por un accidente, una enfermedad, etc.
Aquí tienes algunos consejos generales para acompañar a un niño en su proceso de duelo:
- Aunque pueda resultar doloroso, es mejor hablar con los niños sobre la muerte pronto. Una vez que hayan pasado las primeras horas desde el fallecimiento, debemos buscar un momento oportuno para, con tranquilidad, explicarles lo ocurrido de forma sencilla y honesta. Tenemos que explicarle al niño que la muerte es algo que produce tristeza, pero que es totalmente natural y forma parte del ciclo de la vida. Y que todos vamos a morir algún día.
- No debemos confundir hablar sobre la muerte con recrearnos en detalles morbosos totalmente innecesarios (especialmente ante muertes violentas como un accidente). Al niño hay que darle explicaciones claras y sencillas. Por ejemplo, podemos hacerle entender que el corazón de la persona fallecida se ha parado, y que por eso ya su cuerpo no funciona.
- Es fundamental conseguir transmitirle al niño que la muerte es irreversible. Podemos apoyarnos para ello, si es muy pequeño (4 o 5 años) en cuentos o relatos que nos ayuden a que entienda que la persona que ha fallecido no va a volver. Pero que podemos llevarla para siempre en nuestro recuerdo.
- A pesar de que pueda parecer lo contrario, hacer al niño partícipe del funeral o ritual de despedida del difunto es importante (lo recomendable es a partir de los 6 años). Y puede ayudarle mucho a superar el proceso de duelo de forma saludable. Eso sí, es importante que le expliquemos en qué consiste un funeral, qué es lo que va a ver y escuchar, y que estemos a su lado prestándole toda la atención que necesite y dándole todo nuestro cariño. Por ello, si el padre o la madre están muy afectados, deben buscar ayuda en un familiar de confianza.
- No es malo que el niño nos vea tristes. Lógicamente, ningún padre o madre quiere que su hijo presencie un desbordamiento emocional, una crisis de ansiedad o un llanto desgarrado para que el menor no sufra en exceso. Pero eso no debe confundirse con mostrarle al niño que nosotros también estamos tristes, y que incluso podemos llorar juntos y abrazarnos para hacernos sentir mejor. Eso ayudará mucho al niño a expresar sus emociones y a entender que todo el mundo también las tiene y necesita expresarlas.
- A partir de los 6 años, los niños empiezan a desarrollar el sentimiento de culpa, debido a la construcción del ego. De hecho, puede ser habitual que entre sus pensamientos se encuentre la idea de que quizás él o ella ha tenido la culpa de que este fallecimiento se haya producido, fruto del dolor y la frustración que le puede provocar también este acontecimiento. Debemos estar muy atentos a esto para hacerle entender que no tiene la culpa de nada. E insistir en que la muerte es un proceso natural y universal que llega a todas las personas.
- Los niños a esa edad (incluso a partir de los 4 años) tienen la curiosidad disparada, y no paran de preguntar el porqué sobre todo. Por ello es muy importante que estemos ahí para responder a sus preguntas. Suele ser muy común que los niños pregunten por la causa de la muerte, qué le pasa al cuerpo, qué implica un entierro o una incineración, qué le ocurre a determinados órganos como el corazón o el cerebro… Debemos ofrecerles explicaciones a todo ello, siempre adaptándonos a la capacidad de comprensión de su edad. Por ejemplo, podemos partir de una explicación en la que le transmitamos que, cuando uno muere, su corazón deja de latir y deja de respirar; y por lo tanto, no se siente absolutamente nada.
- En relación con el punto anterior también es importante que no nos angustiemos si hay preguntas que no conseguimos resolver. En tal caso, podemos decirle que “no lo sabemos” o que “no estamos seguros”, e intentar pedir ayuda a otro familiar, por ejemplo. O bien decirle que vamos a buscar las respuestas en un libro o preguntándole a otra persona que sabe mucho sobre ese tema. Es mucho más beneficioso para él decirle eso que intentar evitar su pregunta o darle largas. Nunca debe sentir que no está integrado o que sus emociones no se tienen en cuenta.
- Nunca debemos mentir, edulcorar u ocultar lo que ha ocurrido. Como tampoco ignorar o invalidar las reacciones del menor. Todo ello dificulta enormemente que el niño pueda tener un proceso de duelo saludable, y le provocará muchos problemas a la hora de expresar sus emociones, generándole, por ejemplo, miedos o fobias. Todo ello repercutirá negativamente en su desarrollo y le producirá conflictos en su adolescencia e incluso en la edad adulta.
Como verás, es un tema con múltiples ramificaciones. ¡Y podríamos estar horas y horas profundizando en ello!
Observa las señales de alarma
Otra vertiente importante aquí es observar las señales de alarma. Las cuales nos aportan valiosa información sobre la dificultad del niño de gestionar el proceso de duelo. Por ejemplo, comportamientos regresivos (hacerse pis en la cama), actitud evitadora o negación, problemas para controlar la ira o la agresividad, falta de concentración dilatada en el tiempo… Para todo ello, recuerda que estamos nosotras.
Si tienes cualquier pregunta, o bien quieres concertar una cita con nosotras para que te ayudemos a ti y a tu hijo o hija con un proceso de duelo, contáctanos. Podemos darte mucho apoyo y herramientas para explicar la muerte a un niño y para ayudarle a pasar su duelo.
Thisha
Publicado a las 05:43h, 20 abrilExcelente presentación, muy sencilla de entender esta difícil situación, muchas gracias me fue de gran apoyo por el momento que estamos pasando en la familia. Gracias!!
Laura Martos
Publicado a las 17:37h, 26 abrilGracias Thisha ♥️