
20 Feb Sesgos de pensamiento I
En este post trataremos los siguientes temas
- 1 SESGOS DE PENSAMIENTO O SESGOS COGNITIVOS
- 1.1 Sesgo de confirmación:
- 1.2 Sesgo de disponibilidad:
- 1.3 Sesgo de anclaje:
- 1.4 Sesgo de atribución:
- 1.5 Sesgo de optimismo:
- 1.6 Sesgo de retrospectiva:
- 1.7 Sesgo de deseabilidad social:
- 1.8 Sesgo de certeza:
- 1.9 Sesgo de falso consenso:
- 1.10 Sesgo de representatividad:
- 1.11 Sesgo de la simplificación:
- 1.12 Sesgo de punto ciego:
SESGOS DE PENSAMIENTO O SESGOS COGNITIVOS
Los sesgos cognitivos, distorsiones cognitivas o heurísticos son atajos mentales, asociaciones del pensamiento, que pueden provocar juicios o ideas no exactas o no racionales. Sirven para agilizar la toma de decisiones en momentos de incertidumbre ya que se simplifica el procesamiento de la información. Afectan a distintos aspectos tales como la percepción, la memoria, la atención, el razonamiento y la toma de decisiones.
Algunos de los sesgos de pensamiento o cognitivos más comunes son:
Sesgo de confirmación:
La tendencia de las personas a buscar, interpretar y recordar información de manera que confirme nuestras creencias previas. Es decir, si una persona tiene una opinión ya formada tenderá a buscar los datos que la respalden y a descartar aquellos datos que la contradigan. No solo dejamos de ser objetivos/as con la información sino que puede limitar nuestra capacidad de considerar y aprender aquellos puntos de vista diferentes al propio.
Un ejemplo mundano es la política. Seguro que conoces a alguien que únicamente lee o consume aquellas fuentes de información que estén de acuerdo con sus valores. Esa persona estará dejando de lado el resto de matices que otras fuentes de información puedan darle sobre un evento que haya ocurrido. En este caso lo recomendable será informarse no solo y únicamente desde nuestro punto de vista sino ampliar la perspectiva para ser más imparciales y no dejarnos cegar por nuestras creencias preconcebidas.
Sesgo de disponibilidad:
Propensión a considerar que algo es más probable según la facilidad de recordar esas situaciones, es decir, según lo disponibles o accesibles que estén para la memoria. Por el otro lado, se desestimará la información que sea más precisa o relevante si no es tan accesible a la memoria.
En este sesgo se tendrá en cuenta si la información es accesible por ser reciente, por ser llamativa, por ser repetitiva en, por ejemplo, medios de comunicación, etc.
Un caso muy frecuente puede ser haber visto en las noticias que ha habido un caso de agresión física por parte de bandas en nuestra zona y de ahí considerar que es muy frecuente estas agresiones a pesar de que los datos informen de lo contrario. Es decir, quedarnos solo con “el titular” y generalizarlo . Por tanto, para combatir este sesgo es recomendable buscar tras cada información (que consideremos relevante para nuestras vidas) cuanta importancia tiene para no generalizar y así tener una información más realista.
Sesgo de anclaje:
Predisposición por la que nos dejamos influir por la primera información que recibimos y de ahí tomar decisiones sin saber si la información es cierta y sin cuestionarla. Este sesgo condiciona nuestras decisiones futuras y también en el cómo procesamos esa información.
Un caso podría ser que nos digan una “verdad a medias” sobre una persona y, al no cuestionarla y no hacer una crítica, aceptarla e incorporarla como una verdad, con las consecuencias que ello pueda tener en la relación con la persona de la que se hablaba.
Aun así, la información que recibimos puede llegar a ser cierta; a lo que este sesgo refiere es a que nos “confiamos” de esa primera toma de información sin ser esta misma cuestionada.
Sesgo de atribución:
Tendencia a explicar las conductas de los demás basándonos en sus rasgos de personalidad sin considerar o considerando con menor importancia los factores externos o situacionales que puedan haber provocado esa conducta.
Una situación que podemos ver en muchas ocasiones en consulta es cuando una parte de la pareja llega tarde al hogar y la otra parte asume o atribuye que ha llegado tarde por “falta de ganas, poco comprometido/a”, “por no saber decir que no al trabajo”, etc, cuando puede haber tantos otros motivos como que haya pillado un atasco de camino.
Este sesgo suele provocar conflictos interpersonales pues se emplean juicios rápidos de carácter normalmente negativo hacia la otra persona y se deja en segundo plano un análisis más profundo de ese comportamiento.
Sesgo de optimismo:
Inclinación excesiva al optimismo en la evaluación del futuro y de las situaciones a las que se van a enfrentar sin tener en cuenta o infraestimando los riesgos y/u obstáculos.
Se pueden llegar a tomar decisiones poco realistas o sin fundamento, lo cual en si ya es cuestionable y más aun si se da en ámbitos financieros. Para ello lo adecuado será conocer bien las limitaciones que puede implicar tomar ciertas decisiones para tener una vista más objetiva.
Sesgo de retrospectiva:
Predisposición por la cual creemos tener mayor capacidad de predicción de situaciones o eventos una vez conocido su resultado. La sensación se verbaliza con frases como “era previsible” o “ podía haberlo anticipado”. Debido a esta distorsión cognitiva se puede llegar a pensar que el resultado era inevitable, que tomamos la mejor decisión aun con información insuficiente e incluso que infravaloremos los factores externos aleatorios.
Un ejemplo podría ser “apostar” por el grupo amarillo en el Grand Prix porque, aun sin información suficiente, “sabíamos que iba a ganar”, mientras que si pierde, también tener la certeza de que “sabíamos que iba a perder”.
Ante el interés de ser aceptado/a por los demás o ser lo que se espera de uno/a, ajustamos nuestras respuestas con lo que consideramos socialmente aprobado, en vez de responder con sinceridad. Esto es debido al miedo a ser juzgado/a de forma negativa por los demás.
Suele ocurrir en entrevistas de trabajo o en encuestas incluso cuando estas son anónimas, por ello se busca hacer preguntas que no inciten a una respuesta “socialmente deseable” sino a generar un espacio seguro y confidencial donde poder opinar de forma sincera.
Sesgo de certeza:
Propensión de las personas de tomar como correcto y segura sus propias creencias o juicios, incluso cuando no hay pruebas que los respalden.
Suele ocurrir en población con una intensa necesidad de sentir seguridad y control o en situaciones de gran ambigüedad. Para contrarrestar este efecto, como en el resto de sesgos, se buscará recopilar más información, ser crítico con nuestras creencias y estar preparado/a para la posibilidad de cambiar de opinión.
Sesgo de falso consenso:
Tendencia en la que se sobrestima la cantidad de personas que comparten sus ideas, actitudes, creencias, valores, conductas, etc. Es decir, considerar que estos aspectos son mas frecuentes de lo que realmente son.
Esto suele ocurrir cuando las personas socializan principalmente con aquellas con las que comparten varios de los aspectos anteriores y por tanto infravaloran que hay otras personas que discrepan con esos aspectos. También esta relacionado con el sesgo de confirmación en el que, al buscar solo información que confirme sus creencia, se estará reforzando la idea de que sus creencias son bastante más comunes de lo que en realidad son.
Sesgo de representatividad:
Predisposición a juzgar la probabilidad de un evento según lo bien o mal que se ajuste a un prototipo o estereotipo, es decir, si se ajusta a lo que consideran como representativo o típico. Un ejemplo sencillo es la facilidad con la que podemos imaginarnos a una bibliotecaria como una mujer en ropa casual mientras que es menos probable que nos imaginemos a una mujer con ropa fosforita y con tatuajes.
El problema que conlleva este sesgo es que puede ser difícil de, primero identificar y, segundo deconstruir ya que hay estereotipos muy arraigados en la sociedad. Para ello habría que trabajar en la apertura mental de cada individuo.
Sesgo de la simplificación:
Consiste en reducir la información compleja para conseguir una explicación más simple y por tanto más sencilla de comprender.
El principal error de este sesgo es que se toman decisiones simplistas por no tener en cuenta el resto de factores. Por ejemplo con la frase “ el pobre es pobre porque quiere” se están asumiendo la falta de ganas como único factor de la pobreza, cuando en realidad sabemos que no es el único factor . Influye el sistema socioeconómico, la suerte, la discriminación, la falta de recursos económicos, sanitarios, sociales, etc.
Sesgo de punto ciego:
También denominado como sesgo de la hipocresía o de la propia excepcionalidad, consiste en la inclinación a considerar que se es menos susceptible a los sesgos cognitivos y a otras distorsiones que el resto.
Toda la población está influenciada por los sesgos, pero algunas personas son más conscientes de estos errores mentales y otras menos. Pueden estar queriendo reforzar una imagen de si mismos/as hacia los demás.
Hasta aquí un breve resumen de algunos de los muchos sesgos de pensamiento que influyen en nuestras vidas. De los cuales no siempre somos conscientes. Con este artículo se anima al lector/a hacer una búsqueda mental en la que poder reconocer que sesgos suele experimentar de forma más frecuente. Así se podrá evitar percepciones, juicios y decisiones erróneas.
Gracias a esta distinción se podrán evitar los atajos mentales concretos realizando un análisis más exhaustivo de los datos que nos rodean en la realidad.
Si una vez identificados, quieres ayuda para poder trabajarlos, ponte en manos de nuestro equipo de psicólogas. Podremos ayudarte a mejorar tus pensamientos y tus emociones.
También puedes ampliar la lista de sesgos continuando con la segunda parte de este artículo.
Este artículo ha sido redactado por Gema Figal durante la realización de sus prácticas como alumna del MPGS.
Imagen cedida por Freepik
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