Aspectos psicológicos en la cirugía

25 Ene Aspectos psicológicos en la cirugía

ASPECTOS PSICOLÓGICOS IMPLICADOS EN LA CIRUGÍA

El anuncio de una cirugía quirúrgica supone en la gran mayoría de los casos una situación estresante para la persona y por ello, el análisis de los aspectos psicológicos implicados en estas es importante. La intensidad de este suceso va a depender, entre otros, de los siguientes factores:

1)Las características de la enfermedad que se intenta tratar quirúrgicamente. Por ejemplo, si se trata de una enfermedad muy grave puede llegar a verse la cirugía como una salida deseable.

2)La percepción que tiene el enfermo respecto a la gravedad y dificultad de acontecimiento quirúrgico.

3)Las expectativas de éxito que el paciente piensan que existen.

Este acontecimiento va a generar en algunas personas diversas secuelas psicopatológicas.

A continuación, se describen las más relevantes teniendo en cuenta las dos fases principales de este proceso (fase pre y posoperatoria).

FASE PREOPEARATORIA DE UNA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

La mayoría de las investigaciones realizadas coinciden en afirmar que los niveles de ansiedad se elevan antes de la cirugía, disminuyendo después a lo largo del período posquirúrgico. Las causas de la ansiedad en el paciente quirúrgico podríamos resumirlas en las siguientes:

1)El riesgo intrínseco que implica toda intervención quirúrgica que requiere anestesia general, sobre todo si son intervenciones delicadas (trasplantes de órganos, cirugías cardíacas, etc.).

2)La incertidumbre por no saber si la operación resolverá el problema. Por ejemplo, cuando se operan determinados tumores con alta probabilidad de que después se reproduzcan.

3)El temor de quedar peor tras la operación, es decir, a que surjan complicaciones que puedan provocar la muerte del paciente o bien una invalidez física o psíquica permanente.

4)La incontrolabilidad de la situación, es decir, la incapacidad del paciente por resolver por sí mismo su enfermedad, cuya solución terapéutica requiere unos métodos y técnicas de las que desconoce su fundamento, eficacia y riesgo.

La ansiedad prequirúrgica es una de las variables que más influyen en la recuperación del paciente. En este sentido, los pacientes con más ansiedad prequirúrgica presentan una peor recuperación emocional (más ansiedad y depresión) y física (más intensidad de dolor y molestias, mayor ingesta de medicamentos, mayor número de complicaciones y estancias hospitalarias más largas, tras la operación.

Principales temores asociados a las operaciones

Al igual que la ansiedad diversos temores suelen aparecer en la fase preoperatoria. Los más frecuentes son los siguientes:

1)Temor a la anestesia, que está relacionado con el temor de no volver a despertar, temor a despertar antes de que termine la operación, o a que este empiece antes de estar anestesiados.

2)Preocupación por la pérdida de autonomía personal y dependencia de otros.

3)Preocupación por la soledad, la separación del hogar y la atención que se recibirá durante la hospitalización.

4)Temor a la muerte por el mismo riesgo del procedimiento.

5)Temor al dolor, a la enfermedad y a las propias capacidades para resistirlo.

6)Preocupación por el coste económico derivado de la intervención y de la hospitalización.

7)Preocupación por la habilidad y conocimiento del cirujano.

8)Preocupación por el día y la hora de la operación.

9)Temor a la pérdida de partes o funciones importantes del cuerpo.

10)Preocupación por el tratamiento quirúrgico y la recuperación posoperatoria.

En el 5% de los pacientes, algunos de estos temores se convierten en fobias, que llegan a provocar el rechazo a ser atendidos y reacciones de pánico. Concretamente la cirugía odontológica es una de las que más temores producen, por ejemplo, al dolor, al daño físico, a la sangre, etc.

Estos miedos son originados por factores tales como el ruido, los procedimientos dentales, la apariencia del instrumental utilizado, la posibilidad de contagio, la falta de habilidad que el paciente detecta en el dentista, la inmovilidad exigida para llevar a cabo el procedimiento dental, el olor de los materiales, etc.

A veces, estos temores son desproporcionados y pueden conducir a la evitación odontológica. Motivo por el cual, se acaban presentado problemas graves, lo que lleva a un tratamiento largo y doloroso que a la vez refuerza y produce la ansiedad y el miedo ante los procedimientos dentales, creando un vínculo vicioso difícil de manejar.

FASE POSOPEARATORIA DE UNA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

Mientras que la presencia de la ansiedad y los temores son más habituales en la fase preoperatoria, la depresión, en cambio, tiende a aparecer en la fase posoperatoria, especialmente en los pacientes intervenidos de cara y cuello. Con frecuencia estas personas se verán afectadas tanto por la propia enfermedad como por la intervención.

Las funciones que suelen ser alteradas son las implicadas en las relaciones sociales como son el habla, la ingesta, la audición, la expresión facial etc. Los pacientes pueden no reconocerse al mirarse al espejo, sentirse con una apariencia extraña y percibir el rechazo de los demás. Esto los llevará a un progresivo aislamiento de sus relaciones sociales, familiares y a la perpetuación de los estados depresivos.

Una variable a tener en cuenta y que interfiere negativamente en la recuperación de los estados depresivos es aquella que hace referencia a los factores que rodean el entorno hospitalario. En este sentido, resulta perjudicial para los pacientes la arquitectura y decoración de los hospitales, las dietas aburridas e insípidas, el reposo obligatorio tras ciertas intervenciones, el ritmo de visitas, tanto si es excesivo y desordenado como si es muy restringido, el compartir la habitación con enfermos más graves, el fallecimiento de algún compañero de la planta o habitación donde se halla el paciente, etc.

Las alteraciones de la imagen corporal son una de las complicaciones posoperatorias más frecuentes en la cirugía estética. Los pacientes tienen dificultades para identificarse con la nueva imagen, principalmente si la zona intervenida es el rostro. En ocasiones esto puede generar trastornos de despersonalización.

En cualquier caso, hay pacientes que depositan en la cirugía estética unas expectativas que van más allá de que esta puede ofrecer, con la posterior decepción, desengaño y en ocasiones reclamaciones al equipo quirúrgico.

ASPECTOS PSICOPATOLÓGICOS IMPLICADOS EN EL TRASPLANTE DE ÓRGANOS:

El trasplante de órganos es una alternativa terapéutica para todos aquellos pacientes que presentan problemas graves en el funcionamiento de un órgano vital. Así por ejemplo el trasplante renal, está indicado cuando los pacientes sufren insuficiencia renal crónica. Esto conlleva un cambio radical en el estilo de vida, restricciones dietéticas, en el nivel de actividad, disfunciones sexuales y dependencia de la diálisis que les obliga a desplazarse al hospital.

En todos los casos, el trasplante de órganos ofrecerá a los pacientes una mayor cantidad y calidad de vida. No obstante, la amenaza de pérdida del injerto, los síntomas constantes o periódicos, el recordatorio de la dieta o la toma de medicación constituyen factores de riesgo para la adaptación persona, social y familiar. Aunque la persona afectada lo mantenga oculto a los demás, especialmente al personal sanitario. Por todo ello, este tipo de intervenciones pueden generar durante todo el proceso importantes complicaciones psicopatológicas, tanto en los pacientes como en sus familiares.

Problemas emocionales derivados de los trasplantes de órganos

Las más relevantes en los trasplantados son las siguientes:

  • El Delirium: Suele aparecer en el posoperatorio, está causado por los fármacos inmunosupresores. Su incidencia oscila entre el 25% y 50% y depende del tipo de trasplante realizado, siendo más frecuente en los trasplantados pulmonares y hepáticos. Se caracteriza por una alteración de la consciencia y de las funciones cognoscitivas.
  • Trastornos del estado de ánimo: Los más frecuentes son los trastornos depresivos, con una prevalencia que oscila entre el 10% y 58% durante los primeros años postrasplante. La depresión posoperatoria es un problema clínico de gran importancia. Puede ser un factor de riesgo para las conductas de no adherencia, las cuales provocan en un alto porcentaje de pacientes, el rechazo del órgano. La depresión también puede desembocar en conductas o intentos suicidas que pueden manifestarse de forma indirecta, mediante el incumplimiento del paciente con las preinscripciones terapéuticas.

Este recorrido que acabamos de realizar a través de distintas patologías médicas, nos ofrece una panorámica ilustrativa de uno de los ámbitos más interesantes de la Psicología de la Salud.

Este artículo ha sido redactado por Elisa Molero durante la realización de sus prácticas del MPGS.

 

Imagen cedida por Freepik

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